Ultimo fin de semana de Noviembre. Temporal de viento y lluvia, incluso nieve. El encuentro se produce en el puerto de Navacerrada. El temporal ha tirado un árbol sobre el tendido eléctrico y ha dejado sin luz parte de la zona. A nuestra llegada, los presentes se agolpan alrededor de la chimenea. David, Montse (y Héctor), Juan, Edu, Inés, Paloma, Nacho (y Paloma), Amaia, Miguel, Marga, Leire, Laura, Neil, mi Ilsa particular y el profesor Mark. Destrozando el futbol, acordándonos de Angoy, jugando al trivial con la enciclopedia del ciclismo (eso dice Minguez) y de tantos otros temas, la cooperación, el comercio justo, la clasificación de las capitales españolas y europeas en función de su belleza, gastronomía, monumentos, etc., la crema de espinacas de Elisa, el billar, los dardos, el futbolín, el frío, el paseo dominical, la comida en Cándido, en fin, el reencuentro lejos del lugar y fecha habituales.
Ultimo fin de semana de Noviembre. Temporal de viento y lluvia, incluso nieve. El encuentro se produce en el puerto de Navacerrada. El temporal ha tirado un árbol sobre el tendido eléctrico y ha dejado sin luz parte de la zona. A nuestra llegada, los presentes se agolpan alrededor de la chimenea. David, Montse (y Héctor), Juan, Edu, Inés, Paloma, Nacho (y Paloma), Amaia, Miguel, Marga, Leire, Laura, Neil, mi Ilsa particular y el profesor Mark. Destrozando el futbol, acordándonos de Angoy, jugando al trivial con la enciclopedia del ciclismo (eso dice Minguez) y de tantos otros temas, la cooperación, el comercio justo, la clasificación de las capitales españolas y europeas en función de su belleza, gastronomía, monumentos, etc., la crema de espinacas de Elisa, el billar, los dardos, el futbolín, el frío, el paseo dominical, la comida en Cándido, en fin, el reencuentro lejos del lugar y fecha habituales.
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