El número 20 (y II)
Se lo merecía, la entrada anterior parece una premonición de lo que el destino iba a deparar. A veces nos dejamos llevar por el pesimismo y tendemos a ponernos en lo peor, tal vez por aquello de prepararse y que el golpe no sea tan duro, pero quizá por ese mismo motivo, la alegría puede llegar a ser de mayor magnitud. Posiblemente sea un mecanismo de autoprotección frente a situaciones incontrolables por nuestra parte.
En esta ocasión ha habido suerte, los que manejan el cotarro se han acordado de hacer justicia y frente a tantas muestras contrarias como nos encontramos día a día, de vez en cuando aparece el duende dejando su impronta en importantes decisiones.
Enhorabuena número 20, seguiremos compartiendo muchos momentos y disfrutando de tu quehacer sobre el parqué.
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