19 junio 2006

Ciclismo

Por cortesía de "La enciclopedia del ciclismo" como acostumbra a referirse a él el amigo Minguez.
El ciclismo es uno de los deportes mas duros, sino el que más, y que por lo tanto más dependen del estado físico. Así cada profesión tiene una enfermedad asociada, es lógico que el ciclismo tenga mas problemas con el doping que otros deportes. La mejora en resultados que provoca, es mucho mayor que en otros, en los que el doping, aunque se demuestre, no será nunca tenido como significativo, guste o no. Comparado con el atletismo, otro deporte fundamentalmente físico, y por lo tanto también atacado por el doping, el ciclismo se diferencia en la competición continuada durante varios dias. No sólo hay que rendir un día en concreto, sino que también hay que recuperar para el día siguiente. En futbol hay un señor que está jugando al futbol con 20 kg de más. Le bastan 2 carreras para arrastrarse por el campo. Otros llevan años sin tener un rendimiento medianamente normal. Y sin embargo, escondidos en el colectivo, siguen estando ahí. Cualquiera de estas dos cosas son imposibles en el ciclismo, donde hay que estar físicamente a tope para poder rendir, y además no hay donde esconderse.
No me gustaría que en este foro, entre aficionados se intentase relativizar, esconder o excusar el tema del doping, que es lo que básicamente ha estado haciendo el ciclismo profesional. Porque la sociedad admira al ciclista no por sus malabarismos, sino por ese sacrificio continuo que le exige su deporte; ese esfuerzo físico en carrera, ese superar montañas grandiosas, o luchar contra las condiciones metereológicas, frio o calor, la vida de reclusión monacal en una gran vuelta... El doping, al suplantar el esfuerzo personal (lo que tampoco es cierto, pero es lo que se acaba pensando) no sólo ataca al ciclista, no sólo hace dudar de los resultados de un deporte fundamentalmente físico, sino que también lo hace con todo aquello que el pueblo admira de un corredor. Lo que en un futbolista causa gracia, el sobrepeso, no se perdona al ciclista. El ciclista es admirado, no por artista, sino por asceta, y el doping lo banaliza a los ojos de la sociedad.
Pero que a este deporte, el más auténtico de los deportes, donde sus practicantes son (con o sin doping, puesto que éste no ahorra ni un entrenamiento, ni un esfuerzo, más bien al contrario) los más abnedados deportistas, se le ponga en el disparadero, sea la cabeza de turco y el culo para todas las patadas de políticos y periodistas por el simple hecho de que no puede defenderse a sí mismo, y que su propensión a caer en el doping lo haga ser objetivo de un linchamiento público para que la prensa deportiva cubra su cuota de ética y l¡mpieza, en gentes que no conocen el significado de esta palabra...
Que bien les ha venido esto de el doping como gran pecado. No, el comprar competiciones enteras, las comisiones a técnicos, las pagos de mordidas a periodistas para lanzar determinados jugadores o hundir otros, el dinero negro en cantidades industriales, la demagogia barata que convierte al seguidor en una especie de bruto sin cerebro, el engaño permanente, el acudir periódicamente al dinero público haciendo bandera de unos determinados colores, el trafico de carne humana que se compra y se vende; niños de Ghana o de Camerún; jovenes de paises del este ligados de por vida a mafias que los patrocinan.... la mierda en el más literal sentido de la palabra, (que si bien también puede atacar al ciclismo, lo hace relativamente en proporciones mínimas, porque la realidad de los resultados es demasiado contundente, y el dinero mucho menor), eso no se toca, danger, peligro, alta tensión.
Así que, señor Loboastur, no me toques el ciclismo, un deporte que por lo menos, con mayor o menor intención y ganas, hace algo por limpiar sus miserias, donde los ciclistas, los limpios y los dopados, no son gordos puteros que se llevan el dinero de ciudades enteras sin la menor vergüenza, promocionados por periodistas con oscuros intereses, sus dirigentes, no estafan en cantidades industriales, y donde sus aficionados no queman, no linchan y no matan.
Y que no me lo toque la prensa. Que está tan enfangada en el otro mundo que no se como tienen agallas de levantar el dedo acusador en éste. Lo ha sentenciado a muerte. Es posible incluso, que moribundo por autoenvenenamiento. Pero también es cierto que la moralidad de sus enterradores no es mayor que la de los usuarios de un prostíbulo de tercera.