11 junio 2006

Distinto

Se acaba. Apuro los últimos minutos de un fin de semana distinto. Distinto porque comenzó con el agradable encuentro en el Café España para degustar y exprimir las feroces y buenas críticas hacia Palomas eléctricas de las que hicieron gala todos los actores de la presentación de la novela. JVB al frente, desgranando la novela con el énfasis adecuado para lanzar al oyente a la cola del puesto de venta y llevarse bajo el brazo un ejemplar de esta novela que promete emociones. Antes del evento, una buena sepia para coger fuerzas, sin saber que a la llegada al café de la patria encontraríamos el postre preparado en forma de cerezas y lenguas de gato. Distinto porque el sábado deambulé en solitario por las tiendas de la ciudad de las obras esquivando vallas, socavones y demás dificultades mañaneras. De vuelta con las camisas en la bolsa, paseo por el mercado, unas sardinas quisieron conocer mi barbacoa de cerca. Tiempo hacía que no comía sardinas. Distinto porque el domingo el sofá ha cogido forma, la forma de mi cuerpo. No he respirado el fuego exterior salvo para comprar pan y prensa. Un poco de lectura, un poco de caja tonta (Nadal y Ponce, Castella y Jiménez) y se evapora el tiempo libre.
La semana que en un rato empieza también será distinta, pues termina con boda y su consabido alboroto pre y post evento.