16 enero 2006

Uno más

Ya pasó, aunque hoy es el día.
Tras interminables momentos de decisión acerca de las viandas que formarían parte de la suculosa oferta hacia los invitados, por fin van desfilando por los rincones del escondrijo todos y cada uno de los llamados más cercanos. Mesa larga y numerosos platos. El vino, de la Ribera del Duero, gracias. También algo de Lambrusco, para quienes necesitan alguna burbujilla para aliviar el paso pesado de tal cantidad de alimento sólido. De postre, probaturas para el próximo festejo a celebrar dentro de aproximadamente un mes. Decisión: la de yema, mejor. Al terminar múltiples comentarios sobre la idoneidad del aumento de la familia. Ver, oir y callar.
Todo esto en honor de mi Ilsa particular.

Muchas felicidades.