26 abril 2006

Knopfler & Harris

Por fin, so much time waiting for this album...

Desde el pasado lunes, 24 de Abril, está disponible este álbum de duetos. La mula ya ha hecho su trabajo de momento, esperando a que el avión procedente de Hong Kong o la isla de Jersey llegue a su destino.

7 años de preparación. Participan Guy Fletcher (teclados), inseparable de Knopfler desde hace muchos años, Paul Franklin (steel guitar) que ya participó con Knopfler en On every Street, Danny Cummings (percusión), también colaboró en el último álbum de estudio de Dire Straits, Dan Dugmore (todo tipo de instrumentos de cuerda) que ha colaborado durante mucho tiempo con James Taylor y Linda Ronstadt, Richard Bennet (guitarra) a quien podríamos dedicar unas cuantas entradas en el blog, Neil Diamond, The Bellamy Brothers, Rodney Crowell, Steve Earle, Vince Gill, Emmylou Harris, Travis Tritt, Marty Stuart, George Strait, Mark Knopfler, Bill Miller, The Mavericks, Patty Loveless, Hal Ketchum, Billy Joel e incluso Barbra Streisand entre muchos, muchos otros confiaron en él en algún momento, Glenn Worf (bajo) quien ha colaborado ya con Knopfler en varias ocasiones y también ha participado en discos de otros "vaqueros". El resto, para mí, menos conocidos.

Arribes del Duero

Finde (como diría Sánchez Bolín) en la provincia salmantina, Mieza para más señas. El Duero pule el paisaje excarvando acantilados y extrañas figuras de difícil acceso. Cinco parejas, cinco, con dos churumbeles (de entre dos y tres años) que ríen y lloran por igual, pero que dan alegría y liberan a los padres de la vigilancia contínua. El alojamiento a cinco metros de la iglesia, cuyo campanario está a pleno rendimiento. "Tocará sólo hasta las 12" insinúa alguno, sí, sí, hasta las 12, pero del día del juicio. ¡Joder, con las campanas! ¿No veníamos a descansar?
En el bar del pueblo, a las dos y media de la mañana, están el dueño y el amigo viendo dibujos animados. Algo no encaja: o ya no saben que ver, o estaban echando una cabezada, o les dio tiempo a cambiar de canal rapidísimamente cuando asomamos por la puerta los tres fenómenos.
En fin, el domingo hubo paliza de coche, el BM. Valladolid jugaba la final de la Recopa y madrugamos para hacer Mieza-Valladolid (2 horas) y nada más terminar el partido Valladolid-Mieza (2 horas). Ya lo sé, estoy un poco loco, pero este deporte me encanta, y era una final europea, que no se ve todos los días.
Por cierto, la paliza mereció la pena, bueno para un pájaro que se cruzó en mi camino, no tanto.

16 abril 2006

Cuatro intensos días

El jueves a media mañana tomamos la ruta alternativa, ruta palentina. Viaje tranquilo, poco tráfico, soñando con pinos, césped y algunas cepas. A la llegada, las primeras limonadas en Cistierna y la continuación en Sabero, donde espera la familia para hacer la ronda al completo. Por la tarde, análisis del avance de las obras del futuro Museo Minero (que lleva a cabo la empresa del bigotudo que durante mucho tiempo tejía el destino del pozo cablero), repaso al proyecto total y recuerdos de padre y madre que se sienten rejuvenecer al revivir otros tiempos en los que vieron florecer la ilusión en cada calle. Al caer la noche y el frío, segunda parte de la ronda por los cinco chigres (como diría Sánchez Bolín) que aún permanecen con vida en el pueblín.
Para el viernes reservamos un largo descanso en la mañana y una sobremesa extensa con degustación de tarta de café que la abuela había preparado con todo el cariño del mundo para el cumpleaños del mayor de sus nietos. La noche trae la celebración por lo alto en el histórico Casa Vidal, 23 personas, protagonistas: César y Jorge. Después de esto, dejamos pasar los minutos y las horas con copa en mano y posteriormente micrófono para repasar buena parte de la música de los últimos 40 años en el karaoke improvisado del Galaxia. Eran las siete y diez de la mañana cuando el cuerpo cogió posición horizontal.
Tras 4 horas de sueño, rumbo a León, barrio húmedo, Catedral, procesión y con unos cuantos judíos en el saco (la tradición dice que si tomas una limonada matas un judío) los no conductores, volvemos al valle, donde cenamos y tenemos una animosa velada recordando las tonterías de la tarde producidas por los efectos de la limonada.
Mañana del domingo, vuelta a casa. Cansancio, sueño, gastos y otras cosas, en fin, día raro. Por la noche cita con Toma Uno y a dormir.